
¿Te resulta difícil expresar tus opiniones o establecer límites en tus relaciones personales y laborales? La conexión entre autoestima y asertividad es un pilar fundamental para tu bienestar emocional y el desarrollo de vínculos interpersonales saludables.
Como psicóloga en Barcelona, acompaño a muchas personas a adquirir una mayor confianza en sí mismas y a mejorar la comunicación con los demás. Sigue leyendo y descubre las claves para transformar tu manera de comunicarte y fortalecer tu amor propio.
¿En qué consiste la autoestima y la asertividad?
La autoestima actúa como el termómetro emocional que mide la valoración que tienes sobre ti. Contrario a lo que muchos piensan, tu nivel de autoestima no depende del éxito profesional, el estatus social o el atractivo físico. Lo que verdaderamente determina tu seguridad y autovalía es el grado de satisfacción personal y, especialmente, el diálogo interno que mantienes contigo mismo/a.
Por su parte, la asertividad es el equilibrio perfecto en la comunicación interpersonal. Cuando te expresas asertivamente, manifiestas tus necesidades, emociones y opiniones de forma clara y directa, mientras respetas los derechos de los demás. Este estilo comunicativo se sitúa entre dos extremos que reflejan una autoestima dañada: la agresividad y la pasividad.
Los 3 estilos de comunicación y su impacto en tu autoestima
Tu forma de comunicarte revela mucho sobre tu nivel de autoestima y tu capacidad para relacionarte con los demás. Conocer los diferentes estilos comunicativos te ayudará a identificar patrones y trabajar en cómo superar la inseguridad que te impide expresarte de forma asertiva.
1. El estilo agresivo: cuando la fuerza esconde la vulnerabilidad
Este estilo prioriza tus intereses sin considerar los ajenos. Quienes adoptan este patrón de comunicación agresiva se centran exclusivamente en satisfacer sus propias necesidades, incluso a costa del bienestar de los demás. Estas son algunas señales de la comunicación agresiva:
- Tono de voz elevado
- Habla rápida y tajante
- Mirada fija y cara tensa
- Postura intimidatoria y gestos de amenaza.
- Conductas verbales del estilo: “Si no lo haces, entonces…”, “ve con cuidado porque…”, “no sabes lo que dices, deberías…”, “lo que opinas está mal”.
Aunque este estilo de comunicación puede parecer para algunas personas una imagen de fortaleza y determinación, tras esa máscara se oculta una profunda inseguridad y falta de habilidades sociales efectivas. Los vínculos basados en la agresividad tienden a deteriorarse con el tiempo, generando distanciamiento y conflictos constantes.
2. El estilo pasivo o sumiso: el sacrificio silencioso de la autoestima
En el extremo opuesto encontramos el estilo pasivo, caracterizado por anteponer las necesidades ajenas a las propias. Las personas que se comunican desde este lugar experimentan dificultades para decir «no» y evitan el conflicto a toda costa. Algunas señales de este estilo comunicacional son:
- Tono de voz bajo y dubitativo
- Silencios largos
- Gestos nerviosos como sonrisa nerviosa o retorcimiento de manos.
- Evitación de la mirada
- Postura hundida o tensa.
- Conductas verbales del estilo: “Te importaría mucho si…”, “bueno, realmente no es importante”, “no te molestes”.
Esta dificultad, aunque nace del deseo de mantener la paz y no incomodar a los demás, acaba minando el bienestar emocional y reforzando patrones de inseguridad y baja autoestima.
3. El estilo asertivo: el equilibrio que fortalece
La asertividad representa el punto medio ideal entre la agresividad y la sumisión. Una persona que se comunica asertivamente destaca por:
- Expresar opiniones y necesidades con claridad y respeto.
- Mantener un equilibrio entre sus derechos y los ajenos.
- Afrontar los conflictos de manera constructiva.
- Establecer límites saludables en sus relaciones.
Algunas conductas verbales del estilo asertivo serían: “Pienso que…”, “siento…”, “¿qué piensas si…?”.
Este estilo comunicativo fomenta conexiones más auténticas y satisfactorias, al tiempo que resuelve problemas y fortalece tu autoconfianza.
La relación entre asertividad y autoestima: un vínculo esencial
La asertividad también es uno de los factores que influyen en el desarrollo de la autoestima. Cada vez que te expresas de manera asertiva, manifiestas tus necesidades, al tiempo que reafirmas tu valor personal. Este proceso fortalece gradualmente tu autovaloración y consolida una visión más positiva de ti mismo/a.
Al comunicarte de forma honesta y respetuosa, construyes relaciones más auténticas y equilibradas. Los vínculos basados en la comprensión mutua y el respeto nutren tu bienestar emocional y refuerzan tu valía personal. Esta dinámica positiva sienta las bases para una autovaloración más sólida.
A su vez, la asertividad implica mostrarte tal como eres. Cuando te permites ser auténtico en tus interacciones, cultivas la autoaceptación y refuerzas una imagen positiva de ti.
En esencia, una autoestima saludable facilita la comunicación asertiva, y una comunicación habitualmente asertiva nutre tu autoestima. Esta relación bidireccional convierte ambos aspectos en pilares de tu bienestar emocional.
¿Una persona con autoestima baja puede ser asertiva?
Es posible que una persona con baja autoestima tenga dificultades para ser asertiva, pero esto no significa que sea imposible. La falta de confianza en uno mismo/a puede hacer que la comunicación asertiva sea un desafío. Sin embargo, con un psicólogo/a experto en terapia para la autoestima puedes aprender a ser más asertivo incluso desde tu situación actual.
El primer paso consiste en reconocer que la asertividad es una habilidad que se aprende y se practica. No depende exclusivamente del nivel de autoestima que tengas en el presente. Con el acompañamiento adecuado, técnicas específicas y práctica constante, puedes desarrollar una comunicación más asertiva que va a contribuir a fortalecer tu autovaloración.
El cambio comienza con pequeños pasos: expresar una preferencia simple, establecer un límite básico o manifestar una opinión en un entorno seguro. Cada pequeño éxito en la comunicación asertiva se convierte en evidencia tangible de tu capacidad y valor.
Si identificas que tu autoestima dificulta tu comunicación asertiva, dar el primer paso hacia el cambio demuestra valentía y compromiso contigo mismo/a. También puedes empezar por poner en práctica algunas actividades para desarrollar la autoestima. No dudes en contactarnos para desarrollar estrategias personalizadas que te ayuden a incorporar estas habilidades en tu vida.
6 consejos prácticos para trabajar la asertividad y la autoestima
El camino hacia una comunicación más asertiva y una autoestima sólida requiere pequeños pasos diarios. Como psicóloga especialista en autoestima, te comparto 6 consejos prácticos que te ayudarán a mejorar la forma de relacionarse contigo mismo/a y con los demás.
1. Comunica con claridad y coherencia
Aprende a expresar tus pensamientos y sentimientos de forma directa. La comunicación efectiva va más allá de las palabras: busca la coherencia entre lo que piensas, dices y haces. Esta alineación fortalece tu credibilidad y construye vínculos más auténticos.
2. Afírmate con respeto
Expresa tus opiniones y necesidades, considerando siempre el impacto en los demás. La asertividad se convierte en un acto de amor propio cuando reconoces tu valía personal sin menospreciar a quienes te rodean.
3. Practica el «no» sin justificaciones
Aprende a decir «no» de forma clara y respetuosa, sin sentir la necesidad de dar largas explicaciones. Recuerda que no necesitas justificarte constantemente, ya que decir “no” es un derecho universal.
4. Establece límites claros
Define y comunica tus límites con firmeza y respeto. Los límites saludables fomentan relaciones más equilibradas y protegen tu bienestar emocional. Sé consistente en mantenerlos y comunicarlos de manera clara.
5. Gestiona las críticas constructivamente
Desarrolla la capacidad de recibir críticas como oportunidades de crecimiento. Escucha con apertura, evalúa lo que te pueden aportar y responde con serenidad. Esta habilidad fortalece tu desarrollo personal y mejora tus vínculos.
6. Expresa aprecio y emociones positivas
La asertividad también incluye la expresión de sentimientos positivos. Aprende a dar cumplidos sinceros, mostrar gratitud y compartir tu aprecio con las personas que te importan. Esta práctica enriquece tus relaciones socioafectivas.
Como hemos visto, la conexión entre autoestima y asertividad marca el camino hacia un bienestar emocional más completo y vínculos interpersonales más satisfactorios. Si deseas mejorar ambos aspectos de tu vida, contacta con nosotros para una primera sesión. Juntos desarrollaremos las herramientas necesarias para fortalecer tu comunicación y confianza personal.